martes, 26 de junio de 2012

LA VIEJA Y LA NUEVA LIBERTAD


- Camino de Berriozar -

Veredas estrechas por las que caminar, entre arboladas de nostalgia, entre aroma de montañas y salitre de mar.

Con el corazón abierto a nuevas aventuras, con las pupilas dilatadas esperando nuevos alientos con los que poder respirar, sin miedos, sin sombras, sin pesar.

Aferrada a las venas la bandera del querer y del poder, crecer, avanzar. Sin dar pasos hacia atrás.

Entre la sangre chapoteando susurros de libertad. La libertad del que murió viviendo como quiso, la libertad regalada entre sonrisas y gestos de cariño, la libertad anclada a la piel mucho antes de nacer. Mi libertad.

Libertad para ser libre, libre entre palabras y letras descoloridas. Libertad para pensar, vivir, trasnochar.

Libertad para volar, soñar y llenar la página blanca de mi vida, de trasiegos, de momentos, de pisadas sobre tierra desgastada.

Y caminar por estrechas veredas de cristal, entre arboladas de nostalgia que confunden el destino, entre aroma de montañas, de raíces celtas, de piedra tallada. Entre rayos de sol que calientan el corazón, entre nubes negras y cielos de tormenta, entre lluvia y salitre de mar.

Acompañada por la libertad, la libertad regalada, la vieja libertad.

Acompañada por la nueva libertad, por el brillo de unas pupilas centelleantes del color de la miel, y una voz desgarrada que no cesa de cantar sueños. Los soñados y los que vendrán, ahora, hoy y mañana. Siempre mañana.

Caminando por veredas estrechas, borrando fronteras, entre aroma de montañas y salitre de mar, con las alas desplegadas olvidando la no realidad, recordando de dónde vengo y a dónde quiero llegar.

Subiendo a las nubes, bebiendo de las estrellas y cantando junto a la luna viejas canciones y antiguos versos, que hablen de silenciar y de borrar del diccionario la palabra “nunca”, hasta convertirla en una oda al “nunca más”.

Nunca más diré nunca.

Entre susurros de libertad.


- 23 de Junio del 2012 - 


*  Que nunca nos falten los besos, los sueños y los recuerdos, es gracias a ellos que nos deshacemos en sonrisas y palabras.

2 comentarios:

  1. Una entrada preciosa donde hablas de la melancolía y de la libertad. La libertad para ser quienes queremos ser es lo más valioso que tenemos, ya que sin ella no seríamos nada.
    Es con esa libertad con la que forjamos todos esos recuerdos, besos y anhelos que nos ayudan a lebantarnos cada día.

    Mil besos.

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  2. Peco de usar demasiado el nunca, así que voy a recordar estas palabras que tanto me han inspirado ahora mismo para soñar como se debe :)

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