miércoles, 9 de enero de 2013

RETAZOS DE BARCELONA

ANTIGUO TELESCOPIO PARA ESTRELLAS TITILANTES 

Frente a nosotros un antiguo telescopio para visionar las estrellas. Estrellas lejanas. Estrellas titilantes que adornaban la oscuridad del cielo en aquella noche barcelonesa.

Estrellas con nombre, y una constelación amiga por descubrir.

Pero no solo aquel telescopio gigante me mostró puntos de luz brillantes.

A mi lado, cuatro corazones especiales, me murmuraron un montón de estrellas más.

Estrellas que aún se reflejan cuando observo detenidamente las fotografías de aquella noche. 

Estrellas titilantes.

Las estrellas que ellos llevan dentro y que pronuncian al mirar.

Las estrellas que se esconden dentro de mí ayudándome a brillar.

Cuatro estrellas brillantes y dos más.

Dos estrellas más. Una formada por huesos antiguos. Otra esculpida por polvo de cenizas. Dos estrellas que aunque estaban lejos en kilómetros, estaban allí, conmigo, dentro de mi sangre.

Y su reflejo se reflejó tras el telescopio de mi alma. Y la estrella que lleva mi nombre brilló, pronunció su destello temblorosa.

Y descubrí el color de nuevas estrellas a mi alrededor. Y descubrí  nuevas estrellas en el cielo infinito de la noche barcelonesa. Y una constelación amiga ardió en mi piel.

Y los sueños se ilusionaron, susurraron, sonrieron. Al igual que mis labios. Al igual que mi sangre y mi corazón, que estaba muy contento por  poder vivir lo que vivió en aquel Observatori, a aquella hora, aquel día, aquella noche.

Sueños que se cumplieron en una noche de verano. Estrellas que brillaron más que nunca en aquella noche de verano.

*Los cuatro corazones especiales: ellos saben quiénes son.


                              (Telescopio en el Observatori Fabra. Barcelona. Foto de M.G.M.)



AGUA 

Sucede que algunas veces no sabemos el significado de ciertas palabras hasta que pasa el tiempo.

Recuerdo que una vez leí que volvería. Si, bebí agua. Pero no pensaba volver.

Sin embargo el destino quiso ponerme en contacto con corazones que residen allí. Algunos un poco más lejos pero siempre puede ser la ciudad nuestro punto de encuentro.

Y los pensamientos se volatizaron. Volví.

Pero antes de volver soñé mil veces con regresar a esas calles, con conocer a ciertas personas, con pisar ciertos lugares. Tanto que cuando estuve allí de verdad pensaba que aún estaba soñando.

Las mismas calles que un día paseé, se tornaron de un color diferente.

¿Tienes que beber agua de nuevo para volver, o con una vez basta?

Volví. Y no me da vergüenza decir que soy una enamorada de la ciudad desde muy pequeñita, culpa del fútbol y de una persona que ya no está. 

No sé lo que esa parte del destino que ya está escrita tendrá pensado para mí. No sé si algún día volveré.  

Lo que  sí sé es que justo allí hay una parte de mi corazón que aún no ha regresado. Y que quizá algún día, tenga que volver a buscarla para sentirme completa. Porque cada vez que miro a las estrellas, siento que me falta algo.

Aunque ese sentimiento dure solo unos minutos, porque al fin y al cabo sé que no hay distancias que el corazón no pueda romper.

Quizá es justo esa parte de mi corazón que se fue con otro corazón para siempre la que anda perdida entre las estrellas, entre ese otro cielo, entre esas calles.

Al fin y al cabo él me enseñó a amar la ciudad sin haberla pisado. Quizá parte de él se quedó por allí para que yo vuelva.



                                (Placa sobre Agua de la Fuente de Canaletas. Foto de M.G.M.)

5 comentarios:

  1. Siempre tendrás un hueco en esta ciudad que tanto amo, y a la que a veces, también he llegado a odiar.

    Porqué aquí, nadie es extraño.

    Un beso.

    ResponderEliminar
  2. Barcelona te espera muy pronto, querida Rebeka!!!

    Besos grandes desde el otro lado del mundo

    ResponderEliminar
  3. Aisss esas ciudades que nos roban el corazón y el alma. Tu tienes un lazo emocional muy fuerte y seguro que volverás a buscarte y a reencontrarte con tus mejores sonrisas. Me han encantado estos relatos sobre tus viajes. Un besazo ^^

    ResponderEliminar
  4. :)
    Yo no bebí, pero sé que volveré y que siempre estaré enamorada de esa ciudad, aunque tus motivos sean mucho más bonitos que los míos, yo fui sola (con un monton de extraños, fin de curso :S). Nunca he vuelto, pero sé que volveré y el parque Güell y los tejados de la Pedrera seguirán siendo igual de mágicos que en mi memoria :)
    Preciosos textos, estrellas, agua y recuerdos :)
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  5. Seguro que volverás y allí te encontrarás de nuevo a ti misma :)

    "Aunque ese sentimiento dure solo unos minutos, porque al fin y al cabo sé que no hay distancias que el corazón no pueda romper."

    Unas palabras muy sabias, ya lo vimso en Quantic Love, el amor es la energía más rápida de todas.

    Sigue soñando y viajando, amiga.

    Un fuerte abrazo desde las brumas de Zamora.

    ResponderEliminar

Se ruega respeto y educación. Los comentarios ofensivos serán eliminados automáticamente. ¡Gracias!