Siempre me he desangrado.
Nací para derramar sentimientos sobre un papel. Es
lo único que se me da un poquito bien. Y tú lo sabes.
Me desangro cada día. Sin embargo hoy, me desangraré
por ti.
Cuando el cielo se vuelve oscuro y los rayos del sol
escuecen en la piel.
Cuando los problemas crecen y mis cimientos tiemblan
de miedo.
Cuando las lágrimas afloran y no puedo detenerlas.
Cuando la vida se escapa y la muerte se apodera de lo que quiero.
Me desangro.
Y a veces me fallan las fuerzas, a veces me caigo y
mi camino se desvanece.
Cuando mi estrella se apaga, me acuerdo de ti.
Cuando mi estrella se apaga busco una mariposa que me haga sentir. Y danzo al
compás de ‘Editors’ y vuelvo a resurgir.
Cuando el silencio de la muerte me abraza, busco una
calavera echa de azúcar y cariño, y sonrío porque mis muertos siguen aquí.
Siguen aquí, para vivir conmigo, para sonreír conmigo. En la corriente continua
de mi sangre…
Y me desangro. Cierro los ojos y me desangro.
Me desangro en miedos, en lágrimas, en sonrisas. Me
desangro en los secretos que se esconden bajo mi piel, en divagaciones y
preguntas que nadie podrá contestar.
Me desangro en sentimientos profundos que siempre
ocultan más de lo que dicen. Me desangro en versos sin rima. Me desangro en
palabras. Mis palabras. De tinta negra como la noche y roja como la sangre.
Me desangro.
Y cuando todo se desvanece, cuando pierdo mi rumbo y
no me acuerdo de quien soy. Solo mis palabras permanecen.
Y tú te derrumbas al leer, tú me entiendes, tú sabes
lo que ocultan mis versos encriptados. Tú sabes lo que significa cada una de
todas las gotas de la sangre que derramo. Y tú te derrumbas, sientes dentro de
tu corazón cada una de las palabras que escribo, tú las entiendes.
Y mientras todo muere, mientras creo que mi esencia
se desvanece, tú me lees.
Y mis palabras cobran vida de nuevo, nazco desde tu
interior. Vuelvo a ser yo.
Un corazón que se desangra cada día, cada noche, a cada segundo; en palabras.
Y mientras todo muere tú me alimentas con tus
ánimos, y vuelvo a nacer.
Y brillo, y brillo por ti.
Y me desangro, me desangro por ti.
Y todo cobra sentido.
Vuelvo a creer en mí, me siento fuerte, siento la
corriente continua de mi sangre. La vida salta de alegría y la muerte no me
abraza.
Y vuelvo a escribir.
Y vuelvo a desangrarme, gracias a ti.
Y pensando en ti. En mitad de la oscuridad, lanzó
mis gritos silenciados a la luna. Sé que ella me escuchará.
Sé que ella nos escuchará.
Porque somos dos corazones de sangre caliente que
aúllan palabras llenas de sentimiento.
Y me desangro, y siempre me desangraré. Por
corazones como el tuyo.
Y me desangro, me desangro por ti.
* Para Mara Oliver. Por acordarse de mí, por estar
siempre ahí, desde el otro lado, animándome a que siga escribiendo cada día.
Por su cariño, por todos sus gestos, los que cuento y los que me callo. Por
mostrarme que siempre he de seguir desangrándome en palabras, por creer en mí.
Por regalarme esta canción:
:')
ResponderEliminarGracias, mi chica. GRACIAS
Voy a "parafrasear" al Fito (al revés): me encanta leerte porque sangras todo lo que escribes y escribes igual que sangras, desde el corazón.
De un corazón caliente a su afín, tatuado de cariño, un superabrazo!!!
Es un regalo precioso :)
ResponderEliminarEstá claro que esto es lo tuyo, aunque a veces
los problemas y el miedo te impidan verlo. Pero
eres fuerte, y siempre acabas recordándolo.
Escribir es terapéutico, me dijiste en más de una
ocasión. Y es cierto.
Disfruta del camino, porque estoy segura de que tus
sueños están mucho más cerca de lo que crees.
Gracias por dejarnos leer siempre esas palabras rojas
como la sangre. Un abrazo para los días grises :)
Quién no quiere/admira/adora a Mara??? Solo quien no la conoce o no la merece, solo que no todo el mundo lo sabe explicar tan bien como tú, Rebeka :D Besos a las dos <3 <3 <3
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