miércoles, 16 de enero de 2013

UN ADIOS

Adiós. 

Es duro pronunciar un adiós cuando tu corazón se niega a ello.

Cuando la persona a la que se lo dices no puede contestar, cuando la persona a la que va dirigido te quiere con toda su alma.

Llevo dos días pronunciando varios ¡adiós!, y sé que cuando llegue el definitivo mi corazón explotará.

Por mucho que entendamos que es ley de vida, que otros más jóvenes se fueron primero, que tiene 93 años, nunca se está preparado.

Con él se irá ese abuelo que siempre fue padre, la fuente de sonrisas inagotables, de anécdotas, cánticos, chistes verdes. Con él se irá la vitalidad, la fuerza, el coraje. Con él se irá otra parte de mi corazón.

El corazón de esa mujer que una vez fue niña. La niña a la que él daba todos los caprichos, a la que sacaba a pasear, a la que ayudaba con los deberes, a la que reñía con severidad cuando hacía falta, a la que disfrazaba y llevaba a todas las fiestas. A la que lleva casi dos años ayudando a ser fuerte.

Con él se irá una parte de esos ojos marrones, de esa sonrisa, de ese rostro, que esconde aún todavía los rasgos de alguien que no está, de su hijo. Y es que son tan parecidos y a la vez tan distintos…

Esa parte que ya solo tendré cuando me mire a los ojos, reflejada en el espejo.

Mientras él siga aquí, una parte de él seguirá, pero cuando se marche para siempre, esa huella invisible para algunos se irá con él…Y soy muy consciente de ello. Y me merma.

Es duro pronunciar un adiós, es duro pronunciarlo día tras día, sintiendo en el pecho esta maldita agonía, esta incertidumbre.

Es duro tener que decir adiós cuando no lo quieres pronunciar. Es duro que él lo tenga que escuchar sin poder contestar.

Es duro ver como la muerte se acerca y se va llevando de a poco a las personas a las que quieres.

Al menos esta vez pude decir adiós mil veces, al menos esta vez me dieron un último beso, al menos esta vez di mil abrazos, al menos esta vez pude despedirme antes del adiós definitivo, que no se sabe cuándo llegará.

Porque al fin y al cabo un corazón rebelde lo es hasta el final. Porque en los genes guerrilleros está el luchar sin arrodillarse hasta no poder más…

Adiós no…

Hasta luego…porque sé que el adiós definitivo no le podré pronunciar nunca...

Te quiero abuelo…

4 comentarios:

  1. Palabras simplemente hermosas.
    De verdad lo siento mucho. Pero es verdad que siempre queda huella, recuerdos y enseñanzas que atesorar, sean muchos o pocos los que los recuerden, son valiosos y eso es lo que importa.
    Cualquier cosa en la que pueda ayudarte, no dudes en mencionarlo.
    Desde aquí te mando mi apoyo y un fuerte abrazo.

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  2. Una parte de él siempre estará contigo, eso no lo dudes. El amor es algo que no desaparece, y además tu siempre tendrás tus preciosos recuerdos.
    Sé que es duro, y que nunca se está preparado, pero al menos tienes las palabras para desahogarte en la medida de lo posible, para volvarlo todo...

    Un fuerte abrazo, amiga.

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  3. Creo que en el caso de la muerte de alguien tan cercano y tan querido no existe el adiós, solo un hasta luego, porque además todo ese cariño no desaparece, seguirá estando ahí. El de tu abuelo rondará a tu lado para siempre, como rondan las buenas energías protegiendo a lo que quieren, y el tuyo seguirá en ti, ese contacto será siempre permanente.

    Te dejo en una entrada lo que yo resumo sobre la muerte, lo que me sirve a mí, que a los cuatro años tuve que comenzar a lidiar con la gente de todas las edades que se moría en accidente de tráfico a solo unos pasos de mi casa. Hubo casos tan sangrantes que sangrarán para siempre en algún rincón de todo lo que sentí. Todo lo que vivimos permanece en nosotros, nos hace quienes somos, y en la vida solo podemos elegir si hundirnos en la pena o buscar la alegría; es decir si poner en positivo o en negativo todo lo que sucede. Hace mucho tiempo que yo sé lo que elegí:

    http://dasdelluvia.blogspot.com.es/2013/01/entre-tu-sombra-y-la-mia.html

    Te dejo algo hermoso que encontré recientemente:

    Después de todo
    la muerte es solo un síntoma
    de que hubo vida.

    Mario Benedetti

    PD: No le digas adiós cuando vuelvas a verle, dile la verdad, que estará contigo siempre.
    Un beso grande

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  4. Siento en el alma lo que estoy leyendo. Y si te digo que te acompaño en el sentimiento es porque realmente lo hago. Se me han escapado unas lágrimas al leerte y recordar a mi abuelo... Porque tus letras traspasan pantallas y papeles, llegan directas al corazón

    Un abrazo amiga.

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