“Love’s the funeral of hearts and an ode for cruelty when angels cry blood on flowers of evil in bloom”. - H.I.M. -
La muerte siempre ronda cerca esperando su momento
para florecer.
En un leve instante dejamos de existir para
convertirnos en polvo de recuerdos al ser abrazados por su respiración. Ese
instante puede llegar en cualquier momento. Los azares del destino hablan y los
corazones callan.
Lo que no sabían los cuatro pálidos es que la dama
negra estaba caminando muy cerca de ellos, sin perderlos de vista, agazapada
entre las sombras.
Había acontecido bastante tiempo desde la última vez
que se habían reunido. Alexia y Chris
seguían juntos viviendo en su ‘Heart of Chambers’, y Lorena y Robert vivían juntos
en Barcelona como pareja después de que este último terminase con Birdy -que
andaba perdida en un mundo de encuentros y desencuentros, iluminada por el
“STARDUST”, entre caravanas en mitad del desierto, estrellas y música glam-.
Las llamadas eran continuas cada mes, sin embargo
por diferentes motivos hacia mucho que no se encontraban cara a cara los cuatro.
Por eso querían que su encuentro fuese especial, querían recordar su vida
anterior, los buenos momentos, lo que les unió.
Lo que desconocían era la aventura que el destino
les tenía preparada.
Cuando una parte del pasado regresa hay piezas de
nuestros antiguos puzzles que también retornan a nuestro presente. Y quizá esas
piezas pretendan regresar para resquebrajar la armonía.
Después de pasar el día de compras por las calles
del barrio de Camden Town entre turistas y bohemios alternativos, y comiendo
comida turca sentados en las vespas que miran al canal, decidieron que al
atardecer volverían a Highgate. Allí donde tuvo lugar uno de los momentos más
trágicos de sus vidas, la muerte de Mirta. Allí donde fue enterrada “Alba”, la
nieve negra que al final volvió a ser blanca y con la que Alexia y Chris se hermanaron
en busca de respuestas antes de empezar una nueva etapa…
Decidieron que bajo la luz de las estrellas se hermanarían
los cuatro con ella y bajo la solapa de sus cuatro rosas moradas descansaría la
misma pregunta esperando a ser contestada al amanecer.
El tiempo aconteció deprisa entre sonrisas,
recuerdos, abrazos y caricias. En un leve suspiro cruzaron los muros del
cementerio, y se sentaron frente a la tumba de Alba rodeados por sus
pertenencias. Extendieron sus sacos de dormir, se sentaron sobre ellos, se
maquillaron los unos a los otros, y prendieron de sus ropas negras la flor
morada con una pregunta sencilla.
¿Seguiremos unidos y felices sin sobresaltos?
La luna llena se erigió en su trono para dominar el
cielo. Junto a ella todas las estrellas afloraron aquella noche -las que
estaban cerca y cuyo brillo era anulado por su proximidad a la luna, las que
titilaban con fuerza, y aquellas que lo intentaban en la lejanía casi a punto
de consumirse-, queriendo ser partícipes de lo que sucedería con el paso de las
horas. Aunque ellos no pudieran verlas.
Los cuatro pálidos encendieron unas velas, y entre
los sorbos de té caliente que habían transportado en un viejo termo, fueron
leyendo fragmentos malditos y relatos de amores inmortales.
Comenzaron, bajo el tintineo de sus linternas, con
el relato de Edgar Allan Poe, titulado: Ligeia. Fue Alexia la primera en
comenzar a leer la edición de ‘Felix Martin’ para después ceder el turno a
Robert y Lorena.
Su voz serena comenzó a relatar esa historia bella y
lúgubre de amor, recuerdos y almas atormentadas, rasgando la niebla que había
comenzado a nacer, haciéndose fuerte a cada segundo:
<< Por mi vida que no puedo recordar ahora
cómo, cuándo, ni, si quiera con precisión, dónde conocí a lady Ligeia. Muchos
años han transcurrido desde entonces, y mucho sufrimiento ha debilitado mi memoria…>>
Entre las sombras una sonrisa tenebrosa sonreía
silenciosamente escuchando cada palabra, cada comentario, espiando cada gesto,
cada caricia, cada beso.
Y junto a los fuegos fatuos danzaba sin prisas la
muerte esperando su momento.
El relato de Edgar Allan Poe llegó a su final. Le tocaba
leer a Chris y para su narración eligió dos poemas del poeta maldito “Charles
Baudelaire” y sus “Flores del Mal”.
Sucede que a veces nuestras decisiones hablan más de
lo que nosotros pensamos. A veces nuestros pensamientos se adelantan a ciertos
acontecimientos sin que nosotros seamos conscientes verdaderamente.
Entre miradas furtivas a Alexia susurró el poema
titulado “La Antorcha Viva”:
<<Llenos de luz caminan ante mí esos dos ojos,
que ha imantado sin duda un Ángel muy sapiente;
caminan, esos santos hermanos -mis hermanos-,
agitando en mis ojos sus fuegos diamantinos.
Salvándome de todos los pecados mortales
y trampas, por la senda de lo Bello me guían;
y son mis servidores y soy yo esclavo suyo;
mi ser todo obedece a esa antorcha viviente.…>>
Lorena y Robert no pudieron evitar sonreír al ver
las miradas de enamorados que emitían sus dos amigos, las mismas que ellos se
habían regalado entre cada palabra. Cerca de allí un corazón se sentía abrazado
por la envidia, la rabia y la ira. Tras sus pupilas llameaban como el fuego los
peores pensamientos.
Ajenos a aquellos sentimientos, los cuatro amigos
siguieron disfrutando de su encuentro literario. Y entre el parpadeo de las
velas que danzaban al compás de sus respiraciones, la luz de la linterna de Chris
descubría las letras negras sobre el papel blanco, mientras que Alexia, Robert
y Lorena atentos a cada palabra, empuñaban sus faros de luz en dirección a sus
propios rostros, dando a la narración un toque de ultratumba.
Entre los resquicios del poco viento que acariciaba
sus cuerpos y ondeaba sus cabellos, surgió de nuevo la voz de Chris para
recitar un soneto:
<<La Muerte de los Amantes:
Tendremos divanes profundos cual tumbas,
lechos de ligeros aromas repletos,
y flores extrañas sobre las repisas,
que bajo los cielos más bellos se abran.
Usando a porfía su calor postrero,
nuestros corazones serán dos antorchas,
que reflejarán sus dobladas luces
en nuestros espíritus, espejos gemelos.
Una noche mística, de rosa y azul,
intercambiaremos un único rayo,
cual largo sollozo, repleto de adioses;
y más tarde un Ángel, abriendo las puertas,
leal y gozoso, vendrá a reanimar,
los sucios espejos, las llamas extintas.>>
- Si supieran lo que les espera, lo cerca que están
de ser llamas extintas, quizá Chris hubiese escogido otros versos, jaja…-
susurró en voz muy bajita cierto corazón que ahora volvía a sonreír sin
detenerse.
Tras la lectura, el frío comenzó a silbar tan cerca de
su piel, que decidieron acurrucarse juntos en sus sacos frente a la lápida de
Alba, para dormir. La niebla les hizo estremecerse varias veces mientras
intentaban conciliar el sueño. Una parte de ellos estaba intranquila hacía
rato. Ellos lo achacaban al frío londinense pero en el fondo de su alma, los
cuatro tenían miedo a que algo malo les pudiese atacar de nuevo, como años
atrás. Y no estaban tan equivocados.
Apagaron las velas y mantuvieron dos de sus
linternas encendidas para que la oscuridad de aquella madrugada de Septiembre
no fuese completa. La luna seguía espiando sus breves movimientos, alerta,
esperando nuevos acontecimientos.
Sin embargo no sucedió nada.
Al amanecer Chris, Robert y Lorena se despertaron
sobresaltados al escuchar una voz dulce pero de ultratumba que entonaba una
canción del grupo finlandés de Love Metal, H.I.M.
Unas palabras de “Death Is in love with us”
comenzaron a surgir entre el balanceo de un viento frío y huracanado:
"It’s not
our fault if death’s in love with us…The Reaper holds our hearts…”
Fue entonces entre palabras de muerte cuando se
percataron de que Alexia no estaba a su lado.
Los peores presagios les acariciaron erizando su
piel, un sudor frío comenzó a resbalarse por la nuca de los chicos entre
respiraciones aceleradas. Sin preocuparse de nada más, comenzaron a correr en
busca de Alexia por los alrededores.
- Alexia, Alexía…-gritaron una y otra vez los tres
amigos sin obtener más respuesta que el eco de sus propias voces.
El miedo se instaló en sus corazones, el viento frío
no cesaba. Y dentro de ellos sabían que esa voz de ultratumba era la de Alba
que les estaba avisando de que algo malo había sucedido o estaba por suceder.
Estaban llegando a la tumba de Karl Marx cuando se
cruzaron de frente con una chica de pelo corto color rojo sangre que llevaba
una camiseta del grupo “Children of Bodom”, donde la muerte estiraba la mano en
señal de que la acompañasen, y bajo ella rezaban las palabras: “Follow the
Reaper”.
La chica llevaba en sus manos dos rosas, una de
color negro y otra de color morado. Al pasar junto a ellos les sonrío levemente
antes de detenerse frente a una tumba de rodillas y posar sobre el mármol
blanco sus flores.
El mensaje estaba claro.
Primero la canción, luego la camiseta de la chica,
las flores.
La muerte estaba muy cerca de ellos.
Y así era.
Chris gritó de nuevo el nombre de su amada y como
respuesta, tras la tumba del filósofo, sociólogo y militante comunista, apareció
un viejo enemigo con Alexia delante de él.
- ¡Hola chicos! ¿Sorprendidos? -pronunció Morti.
El chico había aprovechado un permiso del centro
psiquiátrico debido a la muerte de un familiar, para trasladarse a Londres
después de enterarse por las redes sociales del viaje de Robert y Lorena a la
capital londinense, y así poder llevar a cabo la venganza que llevaba tiempo
planeando.
No le bastó con beber de Alexia casi hasta matarla,
había decidido que esta vez se la robaría a los pálidos para siempre. Si no era
suya no sería de nadie.
Los chicos no se atrevieron a dar ni un solo paso.
Morti tenía una daga con una calavera a escasos centímetros de la yugular de
Alexia. Un solo movimiento y la afilada cuchilla le arrebataría la vida a su
amiga.
-Despídete de ellos, quiero que te vean morir -
gritó el chico sin ser obedecido, porque Alexia no podía hacer otra cosa más
que mirar a sus dos amigos y a su amor, y deshacerse entre lágrimas
silenciosas.
- Yo lo haré por ti, adiós chicos - gritó de nuevo
Morti apretando el cuchillo con más fuerza sobre el cuello de Alexia.
La primera gota de sangre cayó al suelo y como
respuesta el viento huracanado que antes les había despertado volvió a surgir
de la nada asustándoles demasiado.
Fue entonces cuando se dieron cuenta de que Morti
levantó los brazos en alto y soltó a la chica. Momento que aprovecharon los
cuatro pálidos para ponerse a salvo.
El viento volvió a silbar fuertemente, y frente a
ellos vieron a su peor enemigo posando la daga sobre su muñeca izquierda.
Incrédulos vieron como la fue deslizando lentamente abriendo sus venas en dos
antes de clavársela justo en el corazón…
La voz dulce de ultratumba volvió a canturrear
“Death’s in love with us”.
Las gotas de sangre que se precipitaron del cuerpo
de Morti se deslizaron sobre el cemento para crear dos palabras sencillas que
los pálidos entendieron enseguida.
“AHORA SI”.
Era Alba, salvándoles una vez más desde el otro
lado. Respondiéndoles después de una noche de hermanamiento.
Sucede que a veces la muerte está demasiado cerca. A
veces los amores no correspondidos son el funeral de nuestros corazones. A
veces las flores del mal que llevamos dentro acaban por florecer y
desangrarnos.
Los azares del destino hablan, los corazones callan, y la sangre
enmudece para comenzar a caminar tranquila.
Ahora los cuatro pálidos podían estar unidos para
siempre, juntos y felices sin nada que enturbiase sus latidos.
“Love’s
the funeral of hearts and an ode for cruelty when angels cry blood on flowers
of evil in bloom”. - H.I.M. -
Yo lo amé :D Felicidades por tan buen fanfic :D
ResponderEliminarGenial!!!
ResponderEliminarMe ha encantado!!!
No leí Retrum, así que aún sabiendo que es un fanfic y que está basada en esas novelas, para mí es como si fuese un nuevo relato lleno de personajes carismáticos a los que me encantaría conocer mejor. Porque eso es lo que consiguen rus letras, Rebeca.
ResponderEliminarUn besote ^^